“Mi papá me dejó la posta”, expresó Zabala en una entrevista para DIEZ, de casi una hora, pues los jugadores ya estaban por volver a los vestuarios de la sede de San Antonio. Este trabajador se caracteriza por su buen humor y carisma al recibir a todo aquel que visite las prácticas del primer plantel.
El su oficina hay 300 pares de chuteras y aproximadamente 238 conjuntos deportivos (polera, pantalón corto, medias), que junto a su ayudante José Arancibia se encargan de tenerlo a disposición para los deportistas que utilizan un conjunto diferente por día, además de la indumentaria para los duelos oficiales. “Nos vamos con tres horas y media de anticipación (cuando actúan de local)”, dijo Arancibia, su colaborador desde hace 7 años.
Zabala es casado con Evita Ibáñez y tiene cuatro hijas; Olga (36), Verónica (35), Vanesa (32) y Carolina (22). Vive en la sede del club, pues debe estar a disposición cada vez que lo necesitan.
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