Fue el propio Clausen quien dijo a los fanáticos que si no gana ante Guabirá el próximo domingo, daría un paso al costado y se iría a su casa.
Todo ocurrió en medio de la protesta de la hinchada refinera que llegó hasta donde entrenaba la mañana de ayer Oriente, en el barrio San Antonio. El “susto” no fue para poco cuando un buen número de fanáticos verdolagas llegaron al campo de juego para presionar al timonel y a los propios jugadores exigiendo mejores resultados.
A instantes, según la prensa cruceña, la presión de la hinchada pareció salirse de control al grado que efectivos de la Unidad Táctica de Operaciones Policiales (UTOP) llegaron al lugar para proporcionar seguridad al plantel, al propio Clausen, periodistas que se encontraban realizando su trabajo de cobertura y alguno que otro dirigente.
Pasada la tensión, la explicación del “Negro” sobre el por qué abandonó a sus jugadores faltando 15 minutos para que termine el partido ante Destroyers cuando iban abajo por 3-1, fue que salió del campo de juego para evitar pelear con la hinchada con la que discutió y los insultaron.
Por seguridad la Policía desalojó a los periodistas y a otra gente que observaba la práctica matinal. Luego, los fanáticos se marcharon del campo de juego.
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