Roberto Pompei es nuevo en el fútbol boliviano. Llegó para entrenar a Oriente Petrolero y por ahora lo está haciendo bien. De lo mal que estuvo el albiverde en el certamen anterior, ha dado pasos gigantes para en la actualidad estar pe- leando la punta del Clausura.
Parece tener otra mentalidad. Lo demostró cuando le ganó a The Strongest en Achumani, frente a Bolívar perdió por un penal en los últimos instantes, le ganó a Universitario. Con todos ellos jugando como visitante y en la altura, tan temida por otros equipos.
Le cambió la cara y a no dudar que este Oriente peleará hasta el último por el título nacional.
“No creo que haya un secreto y si hay un secreto es el convencimiento que tienen los jugadores a la hora de salir a la cancha a encarar cada partido, cada entrenamiento, cada descanso. Cuando llegamos, nosotros fuimos claros al plantear qué es lo que queríamos hacer y encontramos una predisposición muy buena. A través de los jugadores se ven en la cancha los resultados más allá del trabajo planificado y de los rivales que voy conociendo de a poco, de ellos sobre todo me hablan Carlos Aragonés y Marco Antonio Barrero que son de gran ayuda. Creo que una de las claves es que trabajamos a nivel de grupo en todos los aspectos, desde lo futbolístico y técnico”, dice el entrenador.
Ya lleva varias semanas trabajando en el país y por eso tiene una idea más cabal de lo que es el fútbol boliviano, porque cuando aceptó ser DT de Oriente poco o nada conocía de este medio.
“Hay que evaluar. Por ejemplo, cuando me toca jugar en la altura siempre encuentro planteles que en los primeros minutos salen con mucho ímpetu, no lateralizan mucho, son punzantes, entonces en aquello hay que trabajar para sobrellevar esos minutos cuidando la pelota. En un cotejo siempre se reparten los momentos, es muy difícil encontrar que sólo un equipo sea protagonista y el otro no. Entonces hay que saber afrontar el vendaval del rival y acomodarse bien. Después uno puede sumar ya sean los tres puntos o quizás sólo uno cuando juega de visitante”.
Desde su punto de vista, la fisonomía del fútbol boliviano tiene gran diferencia con otras, sobre todo con Argentina que es el país del que proviene y, por tanto, del que más conoce en lo futbolístico.
“Allí uno puede lograr un equipo base y mantenerlo sea de local o de visitante, y puede plantear la misma clase de partido; en cambio aquí, por la geografía y los lugares donde vas a jugar, tienes que adaptarte y no puedes mostrar el mismo juego, no puedes poner un mismo equipo por decir en Santa Cruz, La Paz y Oruro”.
De esa manera, Roberto Pompei vive “con muchísima ilusión” esta nueva experiencia en su carrera. Se siente “contento y agradecido” por haber tenido esta posibilidad.
“Siempre que a uno lo convocan del exterior es una alegría, una responsabilidad también porque a través de mi trabajo y conducta tengo que hacer quedar bien a mi país, pues uno se convierte en un embajador. Así como tuvimos grandes embajadores, hubo también gente que no se portó bien y ello perjudica al resto. Entonces estoy seguro de que más allá de los resultados, porque no todos podemos ser campeones, quiero dejar una imagen de trabajo, una imagen de honestidad, de querer hacer las cosas lo mejor posible y abrir las puertas a las nuevas generaciones o técnicos que puedan llegar”.
De hecho, sueña con salir campeón con Oriente, aunque admite que otros como Bolívar, Wilstermann, Universitario y hasta The Strongest que está lejos en la tabla, son candidatos.
“En todos los torneos del mundo aparece uno que no era candidato y termina luchando por el título. Ojalá que a nosotros las cosas nos salgan mejor”.
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