El pésimo desempeño de Oriente frente a Nacional Potosí derivó en un golpe duro para las aspiraciones albiverdes. El 2-2 en el Tahuichi no hizo más que castigar a un equipo sin alma, impreciso y demasiado dubitativo que acabó sucumbiendo solo en sus propios errores. El equipo lució sin libreto y pese a que terminó jugando con cuatro delanteros (Peña, Peinado, Duk y Saucedo), no pudo lograr el triunfo.
Bronca total al final del partido porque incluso el equipo de Marcos Ferrufino comenzó ganando a los 19’ a través de Rodrigo Borda, que aprovechando una excelente habilitación de Bubas marcó de primera pese al achique de Alex Arancibia. Era la primera llegada de los visitantes y era el primer mazazo que recibía Oriente. Una lección de efectividad para un equipo que era un mar de imprecisiones.
Lo mejor, hasta ese instante, era la labor que cumplía Meleán por izquierda, llegando despierto al área rival e intentando sorprender al buen arquero Carlos Barahona. A los 23’ y tras guapeada de Danilo Peinado, el mismo Meleán consiguió el 1-1 con un zurdazo que casi le voló la cabeza al meta rival. El golpe anímico fue bueno para Oriente, que hasta el final del primer tiempo buscó marcar sin suerte con Peña y Ortiz.
En el complemento y obligado por las circunstancias, Oriente necesitaba golpear, sin embargo, no tenía salida por izquierda porque Pedro Azogue –por características- es más de marca que de proyección y Marvin Bejarano es rápido de piernas pero no de mente y así le fue fácil a Paz y a Alemán encimarlo cuando intentó proyectarse. Es cierto que Peña y Peinado buscaban arriba, pero más por méritos suyos que del onceno.
Los remates al palo de Mojica (60) y del mismo Peinado (67) no hicieron más que encender el sentimiento de los hinchas que ya habían comenzado a silbar. El equipo no andaba y, desesperado por esa situación, el técnico José Basualdo envió a la cancha a Duk y después al ‘Caballo’ Saucedo. El equipo quedaba con ¡cuatro delanteros!. Y obviamente se sacrificaba, sobre todo la zona de contención donde Danny Bejarano no andaba fino no solo para marcar, sino también para entregar pelotas.
Ante esa situación, Nacional Potosí buscó presionar y la inclusión de Ayala, García y Mealla hablaba de una apuesta por ganar el partido. La visita ya no le tenía respeto a Oriente e intentó contragolpearlo, sorprenderlo en cualquier pelota que hubiera perdido. Pero el ‘Caballo’ (88’), siempre merodeando en el área rival, se encontró con una pelota suelta que acabó colocándola al palo izquierdo de Barahona. El gol provocó un desahogo total en los hinchas que no pararon de vitorearlo.
Pero al minuto siguiente vino la sorpresa: Ayala aprovechó la desatención de la zaga y clavó un derechazo al segundo palo de Arancibia. Era el 2-2 definitivo y el golpazo para un Oriente que se queda y que al paso que va, apunta a apartarse rápidamente de la pelea por el título. En un torneo todos contra todos, los puntos que se pierden en casa suelen resultar letales en las últimas fechas.
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