El cambio de sistema no le sentó al equipo albiverde, de hecho el técnico Mauricio Soria regresó a la línea de tres sobre la marcha, a fin de evitar más goles. Sus dirigidos cumplieron una pálida tarea, con una frágil defensa y un mediocampo improductivo; prueba de ello no gestaron situaciones de gol en los 90 minutos. La actuación de Romel Quiñónez evitó una goleada de escándalo en el estadio Hernando Siles.
Bolívar controló el juego con la guía de Erwin Saavedra, Thomaz Santos y Jorge Pereyra, aunque en el primer tiempo no estuvo fino, sobre todo Marcos Riquelme, quien despilfarró al menos tres chances de gol, dos de ellas conjuradas por Romel Quiñónez.
Oriente tuvo la oportunidad de ponerse en ventaja a través de un penal inventado por el árbitro, pero José Alfredo Castillo marró el tiro. Al filo del primer tiempo volvió a inquietar cuando Saidt Mustafá salió en falso en un tiro libre.
En la portería del frente, Romel Quiñónez se lucía ante los disparos de Jorge Pereyra y José Orellana. El 0-0 al cabo de la etapa inicial era mucho premio para un Oriente sin rumbo.
Como el fútbol otorga revancha, Marcos Riquelme tuvo la suya en el primer minuto de la segunda mitad, cuando abrió la cuenta con un cabezazo.
A partir de ahí, Bolívar controló las acciones con cabeza fría, sometiendo a Oriente en cada ataque. El 2-0 llegó de inmediato gracias a un zurdazo de Hernán Rodríguez, quien colocó la bola al ángulo superior derecho de Romel Quiñónez.
El pleito estaba resuelto, pero el local mantuvo la ambición y Jorge Pereyra anotó el 3-0 tras una acción individual en la que barrió a la defensa de Oriente para anotar con amplio panorama.
Bolívar había cumplido sus deberes antes del clásico paceño, incluso pudo celebrar más goles pero el travesaño y Romel Quiñónez se lo privaron.
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