Una acción desafortunada le privó a Oriente festejar en suelo colombiano, aunque el 1-1 de anoche ante las Águilas de Rionegro invita a soñar con la clasificación a la segunda fase de la Copa Sudamericana 2019. La revancha se disputará el 17 de abril en Santa Cruz.
La tarea de Oriente estuvo en capitalizar una de las pocas jugadas que tuvo en el partido, sumado a ello el trabajo defensivo, en el cual se concentró en gran parte del compromiso. El principal defecto fue perder la pelota con facilidad ante un rival que mostró ambición y un notable despliegue físico.
A los 13 minutos, Lucas Mugni capturó un balón que le quedó atrás a Julio César Pérez para eludir a dos rivales en el área y cruzar el remate para anotar el 0-1.
El resto del encuentro fue de pleno dominio de las Águilas Rionegro, aunque sin llevar peligro sobre el arco de José Peñarrieta, que solo debió rechazar tiros lejanos de los colombianos.
En otro ataque de los verdolagas, Lucas Mugni volvió a desequilibrar en función ofensiva, pero no encontró receptor en la boca de la portería. La otra chance fue un cabezazo de José Alfredo Castillo, quien se anticipó a la zaga en un tiro de esquina.
La historia se repitió en el segundo periodo, con las Águilas de Rionegro empleándose a fondo en ataque pero sin lucidez en los metros finales. Los tres hombres en punta por los que apostó no bastaban para revertir el marcador adverso.
A medida que transcurría el juego se disolvían las ideas de los colombianos, que además se estrellaban con las manos de José Peñarrieta.
Sin argumentos para lastimar, los dirigidos por Ever Almeida apelaban a los centros al área, a la espera de la segunda pelota, aunque la defensa de Oriente respondía con solvencia.
De tanto insistir, el local concretó el 1-1 a los 82 minutos. Lucas Mugni volvió a convertir, pero esta vez en propio arco, en el afán de rechazar un balón en un tiro libre.
A partir de ahí, Oriente aguantó el resultado con mucha entrega física y disciplina táctica.
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