martes, 23 de enero de 2018

Un proceso, Oriente todavía está en formación

El debut de Oriente Petrolero en la Copa Libertadores 2018 fue ideal, con una victoria (2-0) que lo pone con medio pie en la siguiente fase, pero que reflejó las serias falencias a trabajar que tienen en las líneas defensivas y del medio campo. Inseguridades, descoordinación, falta de tenencia de balón y una infantil expulsión mostraron a un equipo que todavía está en formación, que fue evidente la falta de juego y que tendrá que seguir un proceso hasta que se afiance. Las individuales hicieron que los verdolagas puedan sacar adelante un partido que el primer tiempo fue para el olvido y recién en el complemento dieron algunas señales de buen fútbol. Los que más destacaron fueron el venezolano Alí Meza, el uruguayo Marcel Román, Ronaldo Sánchez (autor de un golazo) y Juan Carlos Zampiery.

Un verdadero sufrimiento. El técnico Néstor Clausen dio la instructiva que su equipo pueda salir jugando desde abajo y así entregar el balón al argentino Paulo Rosales y Román para que se haga cargo del juego. Pero esto puso en vilo a más de uno en el "Tahuichi". Luis Haquín, lejos de ser ese central seguro que sabe qué hacer en el campo, estuvo nervioso e impreciso durante más de la mitad del partido. A tal punto que hizo una falta técnica al recibir el balón dentro del área grande luego de que el portero Alejandro Gómez habilite el esférico. El arquero refinero no fue de lo mejor en Oriente, impreciso en los saques, se lo vio nervioso e inseguro en juego aéreo. En tres oportunidades salió en falso y se le escapó el balón de las manos. El paraguayo Jorge Paredes, de regular actuación, tuvo que "salvar las papas" de su compañero, pero aún así fue difícil encontrar esa asociación con el medio campo. Román corregía a los defensores y no dejaba de llamarles la atención por los espacios que generaban. Esto le pasó también a Daniel Mancilla, quien tuvo problemas al marcar al habilidoso Paulo de la Cruz. Zampiery fue el que más se destacó con sus desbordes por la banda derecha y podía conectarse con Román y Rosales.

La experiencia vale más. De Rosales se esperaba que sea el conductor nato del equipo, el que entregue el balón a los delanteros, que limpie el medio y que genere opciones de gol. Poco de eso se pudo evidenciar en el partido. Muchas veces intentó jugar de memoria y perdió la pelota. Ante esto, Román se hizo cargo de generar juego y fue el que alimentó a Meza y al colombiano Jhony Cano. En la contención se vio el buen físico y tacto que tiene Sánchez, apoyado por Rodríguez. El autor del primer tanto, se dio modos para cortar las jugadas del rival, encarar el arco contrario y parar por momentos el partido para que su equipo tome un respiro. Al final, el desgaste físico le pasó factura y tuvo que ser sustituido. Rodríguez dejó en evidencia su poca experiencia en torneos internacionales, ya que salió expulsado por ver la segunda amarilla, tras cometer una falta infantil a su rival cuando no había peligro de gol. Dejó a su equipo con diez en cancha y obligó a Clausen a ajustar su esquema.

Se llevaron los aplausos. Meza fue otra vez ese jugador que marcó la diferencia, desbordando y encarando a sus rivales con su velocidad. Luego de la expulsión de Rodríguez, al venezolano le encargaron que marque también y se lo vio achicando en el área de Gómez. Él se encargó de asistir a Maxi Freitas para que haga el segundo tanto. Al que no se lo vio fue a Canno; el colombiano estuvo desenchufado del partido, atacó poco y perdió el balón en varias oportunidades. Eso se vio más, al no tener a Rosales o Román para que lo alimenten. Solo jugó en el primer tiempo. El "Tanque" entró a los 79 minutos y a los 81' hizo el gol de la tranquilidad albiverde. Fue su primer contacto y el único que tuvo hasta el final del partido. Tuvo una efectividad perfecta.

Destellos que hacen ilusionar. Cuando Oriente decidió atacar de manera ordenada, sin saltar las líneas y buscando espacios vinieron los goles.

Las individualidades son un punto positivo en los verdolagas, ya que sacaron adelante un partido que pudo ser diferente si Universitario seguía presionando. Ya se va notando la mano del técnico a la hora de intentar manejar los momentos del juego en las tres líneas.

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